Muchos son los que celebran el International Gin and Tonic Day, una jornada dedicada al combinado más popular, de moda y consumido de los últimos años.
Presente desde el siglo XVII, el gin-tonic no es solo uno de los cócteles más populares, sino también una de las bebidas con más tradición de la historia.
Para remontarnos al origen de esta refrescante bebida debemos viajar hasta la India y situarnos en el último cuarto del siglo XVII. Un nacimiento que dista mucho del glamour que hoy tiene el gin-tonic.
Todo comenzó en 1783, cuando Johann Jacob Schweppe, un joyero alemán que vivía en Ginebra, agregó anhídrido carbónico al agua envasada en botellas, formando así una bebida gasificada.
Schweppe, fundó su propia compañía y la estableció en Londres, ciudad donde el agua con gas y las sodas de frutas eran bebidas de moda.
Tónica Schweppes
En 1870 la producción de jarabes medicinales tuvo un crecimiento extraordinario en la farmacia, J Schweppe & Co, además incluyó la quinina en la soda carbonatada de naranja para producir agua tónica; una bebida que además de refrescante, servía de medicamento contra la malaria.
Gin-Tonic
El Imperio Británico se extendió por todo el mundo a partir del siglo XVII y especialmente por la India, donde la malaria hacía estragos entre la población civil y los soldados invasores.
Para combatirla, comenzaron a tomar la tónica Schweppes, bebida de sabor poco agradable y muy amargo. Es entonces cuando comenzaron a mezclarla con Ginebra, y lo que se creó como bebida medicinal, pasó a ser una bebida alcohólica muy refrescante.
De vuelta a su patria, las tropas británicas se llevaron consigo la receta de este refrescante combinado.
Cuatro siglos de historia y muchos viajes concentrados en una copa.